Emprendimientos: ¿moda pasajera o necesidad estructural?

Fecha: 06/10

Por Isabelle Chaquiriand
Profesora del Centro de Emprendimientos Deloitte del IEEM

BAJADA

¿Por qué tanta importancia a los emprendimientos? Me preguntan más de una vez. Lo invito a repasar el rol de los emprendimientos en la economía de un país y sus principales características.

Cada año, millones de emprendedores de todo el mundo aspiran a iniciar sus propios negocios. Las start-ups son una pequeña fracción de la población de empresas, pero que pueden tener un fuerte impacto en la productividad y la creación de empleo en un país. Una proporción de estas nuevas empresas se orienta al crecimiento de alto impacto, muy innovadoras y dirigidas por emprendedores visionarios y ambiciosos. Estas nuevas empresas son catalizadores del mercado en el mediano plazo, contribuyendo de manera exponencial en el desarrollo económico y la prosperidad de la economía mundial

La actividad emprendedora genera procesos que contribuyen al desarrollo de un país: impulsan la innovación, introducen nuevos competidores, aceleran cambios estructurales y aumentan la productividad, entre otros, lo que genera más puestos de trabajo y bienestar social. Esto tiene como resultado que el crecimiento económico de un país es la suma de dos grupos de actividades paralelas interrelacionadas: aquellas asociadas con las firmas ya establecidas y aquellas relacionadas directamente con el proceso emprendedor independiente.

¿Qué cosas favorecen la actividad emprendedora?

Existen tres componentes principales que se encuentran asociados con el proceso emprendedor: actitudes, actividades y aspiraciones emprendedoras. Estos componentes son fuertemente afectados por las condiciones estructurales presentes en cada país.

Dar el primer paso (o no) para emprender se ve influenciado por las actitudes emprendedoras, las cuales están relacionadas con la capacidad de percibir oportunidades y la motivación de los individuos. Expresan y materializan la motivación de la sociedad y el sentimiento hacia emprender. Influyen y son influenciadas por la actividad emprendedora. Por ejemplo, el nivel de riesgo que la persona está dispuesta a soportar, la propia percepción que el individuo tiene de sus habilidades y los conocimientos o experiencia en la creación de un negocio. Es necesario e importante que los individuos perciban que hay oportunidades para comenzar un negocio en su entorno cercano. La cantidad y calidad de las oportunidades percibidas pueden ser reforzadas por condiciones nacionales tales como el crecimiento económico, el crecimiento de la población, la cultura, y la política nacional en materia de emprendimiento. Asimismo, el reconocimiento de emprendedores exitosos en el entorno directo de los individuos refuerza la percepción de sus propias capacidades.

En base a esas actitudes es que los individuos se involucran o no a emprender, lo que se traduce en la actividad emprendedora de un país propiamente dicha.

Finalmente, las aspiraciones emprendedoras reflejan la naturaleza cualitativa de la actividad emprendedora y son las que tienen un impacto directo sobre la misma. Reflejan la potencialidad y “calidad” del emprendimiento: la innovación de producto y proceso, la apertura de nuevos mercados, la creación de puestos de trabajo, la internacionalización, y las ambiciones por procurar altos niveles de crecimiento son consideradas los factores de impulso del emprendimiento, reflejo de las altas aspiraciones, y permiten reconocer a los emprendimientos con alto potencial.

¿Oportunidad o necesidad?

Muchas personas son atraídas por la actividad emprendedora porque identificaron una oportunidad y ven un potencial de negocio; sin embargo otras son empujadas a emprender porque no tienen otra forma de ganarse la vida o tienen miedo a quedar desempleados en un futuro cercano.

Las características institucionales, demográficas, la cultura emprendedora y el grado de bienestar económico son factores que dan forma al panorama emprendedor de un país. Se encuentran fuertemente relacionadas entre sí, tanto que cuando los países progresan económicamente, sus tasas de emprendimientos por necesidad disminuyen, dejando lugar a las tasas de emprendimiento por oportunidad. Existe una  asociación del nivel de desarrollo económico de un país con sus niveles y tipos de actividad emprendedora.

Asimismo, los emprendimientos por oportunidad generalmente son más sostenibles y aquellos con más potencial de crecimiento que los de necesidad, los que suelen extinguirse una vez que el emprendedor consigue una alternativa laboral.

¿Y qué pasa con los intraemprendedores?

En aquellos países con un buen sistema de seguridad social y donde las empresas toman un tamaño relevante que permite carreras corporativas interesantes, la barrera para convertirse en emprendedor es cada vez más alta. Sin embargo, las organizaciones modernas comprenden que reinventarse es una necesidad para el largo plazo, además de una manera de retener los talentos. Es así como aparecen los intraemprendedores, aquellas personas que inician un nuevo negocio como parte de su trabajo actual.

En nuestro país, los niveles de actividad emprendedora son similares a los de intraemprendedora, esta última en franco crecimiento acelerado en los últimos años.

DESTAQUE

La actividad emprendedora genera procesos que contribuyen al desarrollo de un país: impulsan la innovación, introducen nuevos competidores, aceleran cambios estructurales y aumentan la productividad.

Isabelle Chaquiriand
Profesora del IEEM

Directora del Centro de Emprendimientos Deloitte del IEEM

Directora de Xcala - Plataforma para catalizar la inversión en etapas tempranas en LAC


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